Ayudando a la Madre Tierra a través de la agricultura regenerativa
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) informó recientemente que la tierra corre el riesgo de quedarse sin tierra vegetal en solo 60 años. Debemos cambiar nuestras prácticas agrícolas y reducir las tasas actuales de destrucción del suelo si queremos evitar esto.
La falta de tierra vegetal para la agricultura podría afectar seriamente la capacidad de la Tierra para producir alimentos, filtrar agua y absorber carbono. La salud pública sufrirá mientras luchamos por encontrar suficiente tierra cultivable para mantenernos. Cualquier alimento que tengamos será inadecuado en términos de nutrición.
Además, el sistema agrícola actual es uno de los contribuyentes más importantes a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En un informe reciente sobre el cambio climático, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) encontró que el 24 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están directamente relacionadas con la producción agrícola. Supongamos que no comenzamos a hacer un cambio ahora para regenerar el suelo en nuestros cuatro mil millones de acres de tierras de cultivo, ocho mil millones de acres de pastos y 10 mil millones de acres de bosques. Entonces no tenemos ninguna posibilidad de detener la pérdida de biodiversidad en nuestros suelos o reducir el calentamiento global.
Sin embargo, existe una solución. La agricultura regenerativa podría ser la respuesta para restaurar el ritmo natural de nuestros ecosistemas y el planeta. La agricultura regenerativa puede hacer que se devuelva (almacene) más carbono al suelo, donde más se necesita. También tiene el potencial de revertir el cambio climático en lugar de contribuir a él. Si pudiéramos revitalizar los suelos del mundo lo suficiente como para almacenar solo un 0,4 por ciento más de carbono cada año, compensaría todo el CO humano.2 emisiones
Si podemos restaurar la salud de nuestra capa superior del suelo, retendrá agua, reciclará nutrientes y almacenará carbono. Esto significa que podemos producir alimentos más nutritivos, cultivos más resistentes y desperdiciar menos agua. La agricultura regenerativa es nuestra mejor oportunidad para mejorar la calidad de los alimentos, proteger los medios de vida de los agricultores y proteger las tierras de las que dependemos. Es un sistema sostenible que tiene sentido para todos.
Hay cuatro prácticas agrícolas regenerativas básicas que se pueden implementar para mejorar la salud de nuestro entorno natural. Estos incluyen mejorar la biodiversidad, la retención de agua y el almacenamiento de carbono en el suelo.
“Agricultura Regenerativa podría ser la respuesta para restaurar el ritmo natural de nuestros ecosistemas y el planeta”.
Las tierras de cultivo con una rica combinación de microorganismos, animales y plantas crean suelos saludables, cultivos resistentes y fortalecen los sistemas naturales, lo que reduce la necesidad de control artificial de plagas y enfermedades. Dos formas de promover esta biodiversidad son el uso de cultivos de cobertura y la rotación de cultivos.
Los cultivos de cobertura son cultivos que un agricultor planta para proteger el suelo en lugar de para la cosecha. Si el suelo se dejara desnudo, sería más susceptible a la erosión climática, lo que provocaría que los nutrientes beneficiosos se sequen y sean arrastrados. La rotación de cultivos de cada temporada significa que los cultivos fijadores de nitrógeno, como las leguminosas, pueden agregar nutrientes al suelo para que los cultivos posteriores los absorban.
Eliminar o reducir la labranza
La labranza es la preparación de suelos agrícolas a través de la agitación mecánica, como excavar y volcar. Uno de los principales objetivos del movimiento de agricultura regenerativa es crear un suelo sano, y reducir la labranza es una de las mejores formas de hacerlo. Reducir la labranza ayuda a preservar la estructura natural del suelo, haciéndolo más resistente a la erosión y reduciendo la cantidad de CO2 liberado a la atmósfera. Menos labranza significa más secuestro de carbono. Este es el proceso por el cual las plantas convierten el carbono del aire en carbono en el suelo.
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Reducir el uso de fertilizantes artificiales.
Un sistema de cultivo regenerativo fomenta y preserva una relación natural entre los organismos del suelo, lo que permite que las plantas prosperen naturalmente y requieran menos apoyo de aditivos artificiales y productos químicos. Por otro lado, los fertilizantes sintéticos provocan un desequilibrio de materia orgánica y microorganismos en el suelo. Los fertilizantes sintéticos alientan a las bacterias y microbios a consumir grandes cantidades de materia orgánica, más materia orgánica de la que las plantas pueden devolver al suelo.
Esto priva al suelo de nutrientes esenciales, lo que hace que las tierras de cultivo dependan de fertilizantes artificiales para la producción de cultivos. Los productos químicos de los fertilizantes artificiales también se filtran en las fuentes de agua y en la atmósfera, lo que provoca más daños ambientales a largo plazo.
Un sistema de pastoreo regenerativo
Los sistemas tradicionales de pastoreo de ganado dan como resultado la contaminación del agua, las emisiones de gases de efecto invernadero y la tierra con bajo valor nutricional. Sin embargo, un sistema de pastoreo regenerativo funciona imitando los patrones de pastoreo naturales de los animales.
Métodos como el pastoreo cronometrado permiten que el suelo se regenere entre períodos de pastoreo. Los resultados del pastoreo regenerativo incluyen mayores depósitos de carbono en el suelo, retención de agua, biodiversidad de plantas e insectos, salud animal y mejores condiciones de pastoreo.
La agricultura regenerativa no debe reservarse únicamente para la agricultura comercial; Cuando se trata de nuestro planeta, todo ayuda. Entonces, ¿por qué no poner su granito de arena e incorporar algunas de estas técnicas en sus jardines? Debemos restaurar nuestros suelos y ayudar a detener el cambio climático. Sin la agricultura regenerativa, el futuro de la seguridad alimentaria mundial y la capacidad de satisfacer las necesidades de una población mundial en constante crecimiento corre un grave riesgo para las generaciones venideras.